1 de marzo Aniversario de los 6 meses de viaje
Y aquí seguimos, disfrutando de nuestra villa campestre. Que si piscinita, que si peli, que si ordenador… Nos ponemos al día de lavadoras,
deberes, diario, costura, etc, etc….estamos como reyes, lo único que no hay es Internet. Mañana volamos a Cairns para quedarnos unos
días con María y Steve. Nos apetece mucho verles y además nos han prometido que allí hay más marcha. ¡Estamos deseando! Hoy creo que
hemos visto unas siete personas.
2 de marzo María y Steve ¡Quién nos lo iba a decir!
Como el vuelo es a última hora de la tarde, nos da tiempo a ver algo de camino a Sidney. Hacemos la última parte de la llamada “Pacific
Drive”, una carretera construida paralela a la costa con unas bonitas vistas y algunos tramos que pasan literalmente sobre el mar.
Paramos en un mirador para observar el panorama y nos hacemos las últimas fotos del sur de Australia.
Por fin tomamos el avión y tres horitas más tarde nos plantamos en Cairns. Son las nueve de la noche. El vuelo ha aterrizado con casi
treinta minutos de adelanto y nuestros amigos todavía no han llegado. El aeropuerto de Cairns es mínimo, así que los pocos pasajeros
que venían con nosotros recogen su equipaje y se van enseguida. Y allí nos quedamos, solos en la sala de llegadas con medio aeropuerto
para nosotros solos.
Al rato aparecen María y Steve. Las niñas corren como locas a abrazarlos. Amaya y María también se abrazan y besuquean hasta hartarse.
Han traído dos coches, uno de ellos para nosotros. Ambos son “Opel Calibra”. Uno gris y el otro azul decorado con el logo y la imagen
corporativa de “Cairns Unlimited”, la Compañía que dirigen Steve y María. Cuando llegamos a su casa nos quedamos alucinados. ¡Esto
no es una casa, es una mansión! No sabemos cómo se las han arreglado para hacer la mudanza en tan solo un par de días. Hay dos plantas
enormes. La de abajo con un salón gigante, una cocina abierta preciosa, dos habitaciones y un jardín con piscina. Arriba hay otra
sala y tres habitaciones más. Tenemos un cuarto para las niñas y otro para nosotros. Casa, coche, ¿Qué más se puede pedir? ¡Menudo
lujo!
Quién nos iba a decir hace cinco años, cuando conocimos a Steve en Madrid, que volvería a Australia con María y que nos encontraríamos
todos juntos de nuevo aquí, en el país de los canguros. Definitivamente… el mundo es más pequeño de lo que imaginamos.
3 de marzo La Moraleja de Cairns
Al despertarnos nos asomamos a la terraza y no damos crédito. ¡Las vistas son increíbles! La casa está en una finca estupenda sobre
una colina desde la que se ve la ciudad al borde del mar. Estamos en “La Moraleja de Cairns”.
Cairns se encuentra sin duda en una ubicación privilegiada. Junto al mar y rodeado de bosques tropicales. El ambiente es mucho más
húmedo y cálido que Sydney. Pasamos el día descansando y acoplándonos, disfrutando de la piscina y de la conversación con María y
Steve. Tienen la suerte de trabajar desde casa aunque salen a la ciudad en ocasiones para ver clientes y entregar cámaras de submarinismo.
Estamos muy orgullosos de ellos. Sólo hace un año y medio que se trasladaron de Madrid a Cairns y empezando de cero han conseguido crear y hacer crecer un negocio propio relacionado con el turismo que va viento en popa. Si alguno estáis pensando en venir a Australia o bucear en la barrera de coral, no lo dudéis: visitad su página web:
A mediodía salimos a hacer gestiones, entre otras confirmar el cambio de vuelo a Japón, buscar hoteles allí, etc. Por la noche cenamos,
tomamos unas cervezas y nos ponemos al día sobre los dos últimos años charlando hasta la madrugada.
4 de marzo Día de pisci
Como en la casa nueva todavía no hay conexión de Internet, nos hemos ido al antiguo apartamento de María y Steve para poder navegar.
Está totalmente vacío, sólo quedan dos sofás, así que nos repartimos todos tirados por la moqueta del salón, con los laptops, los
cuadernos de pintar y los lápices de colores. Por la tarde, otra vez piscina, que es una cucada. Sacamos un par de cámaras submarinas
y nos hacemos mil fotos. Estamos tan a gusto en la casa que no nos apetece mucho salir, la verdad.
Seguimos algo apurados con el tema de Japón. Nos han dicho que es carísimo y que además es la temporada más alta porque florecen
los cerezos por todo el país y vienen miles de turistas a ver el espectáculo. Luis se va al McDonalds a última hora porque tienen
WIFI gratis y puede continuar con las reservas. La conexión resulta ser un asco, pero el restaurante está junto a una zona de discotecas
y el show que se ve desde la ventana es espeluznante.
Varios grupos de adolescentes circulan bebidos dando tumbos de un lado a otro. Las chicas visten muy vulgar con minifaldas demasiado
cortas, pintas estrafalarias y una actitud descarada. Parece ser que es lo habitual por aquí. Para muchos australianos salir de fiesta
equivale a emborracharse, despotricar y meterse en peleas. Da pena. Nos han dicho que este es el motivo por el que la ley es tan estricta
con el tema del alcohol, pero nosotros pensamos que está más relacionado con un problema educativo. Así que a eso de la media noche,
Luis se vuelve a casa frustrado por la mala conexión y sorprendido por el decadente espectáculo nocturno.
5 de marzo Los cangrejos de Fitzroy Island
María y Steve nos propusieron ayer ir a Fitzroy Island a hacer snorkel. Madrugamos y nos vamos para el puerto. Hay que coger un barquito
que tarda una hora y que está lleno de orientales y turistas que, como nosotros, se quedan dormidos en los asientos.
Fitzroy está a medio camino entre Cairns y la barrera de coral y es un paraíso para el buceo de superficie. Es una pequeña isla virgen
en la que sólo hay un hotel. La acaban de abrir al público ya que ha estado cerrada varios meses para rodar un “reality show” llamado
“El gran perdedor”. El programa consiste en juntar en la isla a varias parejas de obesos descomunales y ver quien pierde más kilos
cada semana, por eso se llama el gran perdedor. La dinámica es idéntica a la de todos estos programas. Es como un gran hermano para
gordos en el que les tientan con grandes banquetes, las parejas tienen peleas dialécticas y luego se juntan para ver quien ha adelgazado
más. Los ganadores saltan como histéricos, a los perdedores les sueltan unas charlas de cuidado y lloran como si tuvieran cuatro años.
¿Os suena no?
Caminamos por un sendero hasta llegar a Nudey beach, una playa tropical preciosa donde podemos tumbarnos a descansar y hacer un poco
de snorkel. Estamos solos, así que suponemos que las otras personas que venían en el ferry están en la otra playa. Nos disfrazamos
todos con nuestras gafas, tubos, aletas y…¡Patos al agua! Nos encontramos un arrecife en buenas condiciones lleno de peces de colores.
También vemos rayas y hasta una tortuga. Hacemos mil fotos, es la suerte de tener unos amigos que regentan un negocio de cámaras submarinas.
Al volver por la tarde nos damos cuenta de que estamos rojos como cangrejos. Pudimos comprobar en nuestras propias carnes que lo que
creíamos una exageración, no lo era en absoluto y tenía su fundamento. Nos había llamado la atención que en las piscinas y playas
hay carteles por todas partes advirtiendo sobre los riesgos del cáncer de piel si no te proteges adecuadamente de los rayos solares.
Hasta llegan al punto de aconsejar “enfundar” literalmente a los niños con trajes de baño de cuerpo entero y gorras con protección
para la nuca. Steve nos explico que la tasa de cáncer de piel por exposición al sol es altísima en Australia debido a que la capa
de ozono en esta zona es excesivamente delgada. Así que ahora ya entendemos las advertencias y nos embadurnaremos bien de crema
solar.
Por la noche preparamos una cena mejicana a la que se unió Dan, un kiwi amigo de María y Steve que da clases de inglés en Cairns.
Un tipo encantador a parte de sus pintas un tanto raras con cresta punk y perilla de diseño. Como era de esperar terminamos
a las tantas…