Dato importante a tomar en cuenta sobre la calidad de vida y la gestión del tiempo en Bali:

Ketut nos cuenta que en las casas balinesa se cocinan verduras, arroz y carnes una sola vez al día, siempre por la mañana. Con lo que evidentemente toman lo mismo para desayunar, comer y cenar. Pero la ventaja es por el lado de la señora de la casa que sólo está ocupada ese rato de la mañana en vez de tres o cuatro veces diarias. Y al día siguiente otra comida distinta, eso sí para las 24 horas. Y entonces nos preguntamos…¿ Y nosotros? que siempre tomamos algo distinto en cada comida y encima si pones las sobras del mediodía para cenar tienes que aguantar aquello de “¿otra vez lo mismo?” Desde luego las amas de casa balinesas se lo montan mucho mejor que las occidentales.

Del 2 al 4 de mayo        Descaso en Sanur

Y así van pasando los días lentamente, entre bañito y bañito, las clases de matemáticas y lengua, el decidir si vamos o no a Angkor, en Camboya y terminar con la planificación de Tailandia.

Nos lo tomamos todo al más puro estilo balinés, es decir… con muuuucha calma. Solemos hacer deberes y jugar con las niñas en la piscina por las mañana, nos turnamos para planificar en la terraza del apartamento que es el único sitio donde llega la red, comemos en la playa y salimos a pasear al atardecer. Es uno de los ratitos más agradables. Tan pronto ves un niño volando una cometa de colores gigante, como a un grupo de adolescentes bajo el disfraz de un dragón interminable, como a las masajistas esperando captar clientes en las hamacas de la playa. Bali es ideal para relajarse y así lo estamos haciendo. Por la noche solemos cenar en algún restaurante de los muchos que hay en las calles aledañas aunque siempre con cuidado.

Los mayores tenemos un amago de algo parecido a lo que nos pasó en India. Creemos que pudo ser en alguna de las cenas. El caso es que la tonalidad de esas sobras de nuestra anatomía siguen siendo muy sospechosos. Las niñas sin embargo aguantan como jabatas. Ainoa no hace más que comer arroz a todas horas y Sara también está comiendo muy bien. Solo tomamos fruta pelada siempre por nosotros, agua embotellada y ni zumos ni hielo que no veamos de dónde vienen.

Mañana nos vamos de excursión a ver los templos y volcanes de la isla con nuestro amigo Ketut.

5 de mayo        El Templo de los Murciélagos, el volcán Danau Batur y las tallas en amdera de Ubud

Hoy hemos contratado un tour con Ketuk por toda la isla. Además es el cumple de Luis. Teníamos pensado regalarle un bañador o una inmersión pero en estas circunstancias, ni se lo hemos podido comprar ni celebrarlo como Dios manda, aunque al día siguiente le compramos una tarta de chocolate que nos comimos entre los cuatro. Estaba buenísima. ¡FELICIDADES PAPI!

Empezamos por el templo de los murciélagos una especie de altarcillo instalado en la entrada de una cueva bastante grande y llenita de murciélagos por todas partes. No paraban de chillar y moverse de un lado a otro. Todas las ofrendas del altar estaban llenas de excrementos de estos roedores voladores.

A medio camino hacia el templo de Besakin, el más importante de la isla, nos encontramos con un control de policía. Nos paran y Ketut coge un par de billetes, los esconde en su mano y se dirige al agente. El resto ya os lo podéis imaginar. Al volver nos suelta una charla sobre la corrupción policial en Bali y nosotros nos sospechamos que lo que pasa es que opera de taxista ilegalmente, ya que cada vez que llegamos a un lugar turístico da un par de vueltas primero para ver si hay algún guardia.

Llegamos a Besakih un complejo de templos enorme en las montañas. Uno de los guías, compinchado previamente con Ketut, se las arregla para dar la vuelta por un camino que rodea el pueblo y evita la caseta de entrada al templo. Con la excusa del ahorro de no haber pagado entrada y ofrecernos el servicio de guía, nos piden un precio exorbitado a lo que nos negamos en redondo. Tras un rato de negociación, el tema se queda en algo razonable y la verdad es que el guía mereció la pena pues nos explicó un montón de cosas. Entre otras, que la semana pasada terminó una celebración que ha durado un mes entero y ha congregado a diario a varios miles de personas.

Nos muestra unas ofrendas gigantes de unos cuatro metros de altura. La primera hecha de pasta de arroz de colores y la otra a base de carne de cerdo. ¡Lo que oís! Se veían los trocitos de tocino pegados sobre manteca y trozos de chicha de todo tipo, con lo que os podéis imaginar cómo olía. Y esto es como los Ninots, las ofrendas favoritas se salvan y no se queman.

También nos explica que la mayoría de los balineses son hindúes, no budistas, mientras en el resto de Indonesia la religión predominante es la islámica. ¡Y no confundamos a los hinduistas con los budistas, por Dios! Estos últimos adoran a Buda. Sin embargo los hinduistas adoran a la Trinidad: Brahma, Visnu y Shiva. Ambas religiones creen en la reencarnación, lo que a las niñas les desencaja bastante. Resulta que te puedes reencarnar hasta siete veces en otro ser humano o en otro animal de la naturaleza, cada vez mejor si has sido bueno. Y tras la séptima, llegas al Nirvana o Cielo, el top de los top. Peeero… si has sido malo, te vas reencarnando en algo cada vez peor, como un sapo o un ciempiés. Entonces las niñas hacen una pregunta muy lógica: ¿Y qué tiene de malo un sapo que no tenga un perro o un gato? ¿En qué se basan para saber si un animal es bueno o malo? Pues amigos, en el tamaño ¡QUE SI IMPORTA! Cuanto peor te has portado en la vida, más pequeño es el animal en el que te reencarnas. ¡Qué complicado! Vayamos a otra cosa.

Tienen enfundados muchos árboles y esculturas, de caras horrorosas por cierto, en trapos de cuadritos blancos y negros. Estos colores simbolizan el equilibrio entre el bien y el mal, el yin y el yan, siempre presentes en la filosofía hindú: el blanco es el bien y el negro el mal, la izquierda es el mal y la derecha el bien y por este mismo motivo las puertas tienen el interior del dintel liso y el exterior profusamente decorado. El bien y el mal siempre en contraposición y ambos dignos de respeto y adoración. Por eso cuando ponen en la entrada de las casas esas ofrendas con hojas de bambú, flores e incienso que tienes que ir esquivando a cada paso por las aceras, son para satisfacer tanto a los dioses buenos como a los malos. ¡Qué equitativos estos balineses! por eso los hay muy pobres muy pobres y también muy ricos muy ricos….

Muy cerca de allí se encuentra la colosal caldera del volcán Danau Batur que alberga varios pueblos a orillas de un precioso lago. Alucinamos con las vistas. En 1997 tuvo lugar la última erupción y todavía sigue activo. Nos tomamos una Fanta en un chiringuito al borde del acantilado para refrescarnos un poco mientras observamos esta maravilla de paisaje. Las altas temperaturas y una humedad constante permite la existencia de plantas de todos los verdes imaginables.

Ketut nos señala uno de los pueblos de allá abajo y nos explica que en vez de enterrar a sus muertos, la costumbre es llevar los cadáveres a un bosque de sándalos y dejarlos apoyados en un árbol hasta que al poco tiempo desaparecen sin dejar rastro ni olor alguno. No deja de ser curioso e incluso poético, pero el caso es que de las propiedades aromáticas del sándalo ya aprendimos en India.

Bajando hacia Ubud, paramos en una hacienda donde se cultivan pequeñas cantidades de un montón de semillas y especias de todos los colores, cacao, té y café. Pero este café no sigue los métodos tradicionales. Los que hayáis visto la peli de “Antes de partir” recordaréis que Jack Nicholson siempre tomaba café de “Kopi Luwak” de Sumatra, considerado el mejor y más caro del mundo por su aroma tan especial. En una escena de la película, su amigo Morgan Freeman le demuestra que ese café viene de LAS HECES DE UN ANIMALILLO llamado Paradoxurus, o Luwak por los indonesios. Pues bien, ¡ESE CAFÉ EXISTE! y nosotros hemos visto con nuestros propios ojos a los luwoks y sus cacas con las que se hace el café.