25 de septiembre ¡¡Bye,bye USA!!...¡¡Hola MÉXICO!!
Madrugón, despedidas… y al avión. Se acabó la aventura americana en los USA y comienza nuestro periplo mejicano. ¡Nunca mejor dicho!
Llegamos a Cancún y la civilización de repente pasa a otra dimensión. Todo está a escala: Los edificios, las carreteras, los coches
y las personas: Son bajitos, rechonchetes y morenitos…
Nos cogemos el ferry a Isla Mujeres y vemos el atardecer mientras un local toca en su guitarra temas mejicanos tradicionales. ¡¡ESTAMOS
EN EL CARIBE!! Todo parecía de ensueño cuando empiezan las incidencias: Vemos que el ferry vuelve a puerto porque está averiado. Cambiamos
de barco y el guitarrista se queda abajo, nos quedamos sin musiquita de fondo.
Llegamos a la Isla más tarde de lo previsto y cogemos el "colectivo" (autobús) que lleva a la zona donde hemos reservado un apartamento
por Internet. El colectivo es un minibús repleto de locales con bolsas, alguna que otra gallina y ambientación de música regatón a
tope. La última parada quedaba (ahora lo sabemos, pero entonces no) como a 2 km de los apartamentos, así que allí estábamos los cuatro
cargados con las mochilas y las 500 bolsas multifunción de Amaya caminando a las 8 de la noche a 35º de temperatura y una humedad
relativa del 95% por una carretera perdida de Dios y bien conocida por los mosquitos intentando encontrar el lugar donde teníamos
que dormir. A los 20 minutos de andar preguntamos por primera vez cuanto nos quedaba (Imaginar entonación mejicana) "Si señor, no
se preocupe ahorita mismo ya llega, está aquí cerquita a 5 minutitos". Un cuarto de hora después volvimos a preguntar y obtuvimos
idéntica respuesta. Y una tercera vez también. Total que varios "5 minutitos" más tarde por fin encontramos el sitio. Nos habían dicho
que si no estaba el jardinero, para recoger las llaves, nos las dejarían puestas en el apartamento 8. Como allí no había un alma,
nos fuimos al apartamento lo abrimos y era estupendo. ¡Qué alegría! Un Salón amplio con cocina, una terraza enorme y dos habitaciones,
sólo había un pequeño inconveniente: Un sujeto roncaba plácidamente en una de las camas.
.- Disculpe, tenemos este apartamento reservado por 4 días.
El tío abre un ojo y farfulla en inglés:
.- Nosotros también lo tenemos
reservado hasta el domingo. Hable con "Tino"
Mientras Amaya encuentra un "post it" en el jardín que dice "Señora Amaya, el apto. 8
está ocupado, a cambio les he asignado el 3 y el 4"
Nos acercamos a verlos y son mucho más pequeños, sin salón y separados, de modo que las niñas tendrían que dormir en uno y nosotros
en otro o cada uno de nosotros con una niña. ¡Vaya mierda! En esto aparece el famoso Tino y nos explica que ha habido una mala gestión
con la agencia y que el apartamento 8 ya estaba alquilado. Lo ponemos verde y nos ofrece otra casa que tiene en el centro del pueblo.
¡Hala!, las mochilas al maletero y nosotros al Peugeot 106 del amigo Tino. Cómodos lo que se dice cómodos… no íbamos. Las mochilas
se salían por la portezuela trasera y nuestras piernas por las ventanillas delanteras. ¡¡HOLA MEJICO, MEJI…IIIIIIII…COOOOO!!
Gracias a Dios la casa de la ciudad está bastante bien, decidimos quedarnos pero estamos molestos por el engaño y porque nuestra idea
era descansar en un sitio tranquilo con piscina y playa y aquí no hay más que tiendas y restaurantes. Hay algo de ambientillo, pero
no es el mismo que hace años. Estamos tan hambrientos y agotados que cenamos en el primer sitio que pillamos y caemos rendidos en
las camas. Mañana será otro día.
MORALEJA: Si reservar vacaciones por Internet es una lotería en España, en Méjico no te cuento.
26 de septiembre ISLA MUJERES...El antes y el después del Huracán Wilma
Dormimos regular y nos despertamos decepcionados y algo enfadados. Para colmo, el cielo está encapotado y no para de llover. Tino
aparece a eso de las 10:00 de la mañana y nos lleva a ver otros apartamentos, pero ninguno nos convence, así que después de analizarlo
un rato decidimos quedarnos en la casa del centro. No hay piscina, pero tenemos la playa y el buen ambiente muy cerca…o eso
pensábamos.
Amaya y yo teníamos un excelente recuerdo de Isla Mujeres de cuando vinimos por primera vez a Yucatán en 1996. Entonces la isla nos
conquistó por su ambiente hippie caribeño y su amplia playa del norte, como aquí la llaman y en la que los turistas se sentaban en
grupos sobre la arena con un cóctel en la mano para ver unos de los atardeceres más extraordinarios del mundo. Al anochecer, tras
el Sunset Happy Hour, te ibas a cenar a una de las múltiples terracitas que había en la calle principal en las que tocaban grupos
tradicionales peruanos o mariachis mejicanos. Una experiencia deliciosa que queríamos rememorar.
El caso es que a media tarde, cuando amaina un poco la lluvia, decidimos ir a dar un paseo a la playa norte para bañarnos y ver el
ocaso y cuál es nuestra sorpresa cuando llegamos a la costa y ¡¡NO ESTÁ LA PLAYA!! ¿Nos hemos orientado mal? No, no nos habíamos equivocado.
Preguntamos al recepcionista de un hotel cercano y nos confirmó que la playa se la llevó el huracán Wilma en 2005. No sólo se llevó
la playa, sino también muchas de las terrazas que estaban en la segunda planta de los restaurantes construidas en madera y cubiertas
con paja en forma de palapa. Casi ninguna perdura y la caída del turismo hizo que pocos, por no decir ninguno, invirtieran en reconstruirlas.
Así que para nuestra amargura, Isla Mujeres es hoy sólo una triste sombra de lo que fue, intentando todavía alzarse sobre sus cenizas.
¡Adiós para siempre a los chiringos de cócteles y a la playa de ambiente hippie! ¡Qué pena da borrar un bonito recuerdo de tu mente!
Amaya y yo coincidimos en que hubiera sido mejor no volver y mantener la imagen de aquella isla caribeña hippie de noches mágicas,
pero…como dicen los de aquí… Es la naturaleza ¿Qué vas a hacer?
Lo único que permanecerá para siempre serán los maravillosos atardeceres y el día se despidió con uno sublime mientras las niñas jugaban
felices en la arena. ¡Echad un vistazo a las fotos!
27 de septiembre Adiós a ISLA MUJERES
Hoy también amanece nublado pero decidimos poner al mal tiempo buena cara y hacer algo diferente. Nos vamos a hacer una excursión
de buceo con gafas y tubo en una de las lanchitas del puerto para que las niñas vean por primera vez los pececitos tropicales de colores.
La misma excursión hace años fue muy bonita, con una comida de pescado fresco a la parrilla en una entrañable playita con mucho sol
y peces. Negociamos un precio con el tipo de la barca para ir solos y con todo incluido, también la comida. Mientras prepara
la lancha compramos gafas y tubos de buceo para las niñas.
Tras un par de días un poco bajos, nos hacía falta alguna alegría. Y llegó cuando dejó de llover, salió el sol y las niñas se pusieron
como locas al ver por primera vez a los peces bajo el agua. Luis y yo disfrutamos al oírlas gritar de emoción con el tubo puesto y
todo. No habían buceado con tubo nunca, pero se acostumbraron en seguida y Sara hasta se iba por su cuenta a buscar más fauna marina.
De pronto se pone otra vez gris y empieza a sentirse un viento sospechoso. Así es el Yucatán y sus cambios repentinos de tiempo.
Empieza a diluviar y no podemos continuar al próximo punto de buceo, así que nos vemos obligados a ir a comer. En seguida vemos que
no es el sitio de la última vez, si no un restaurante próximo a la ensenada del puerto. Allí tienen en la orilla, dentro de una empalizada
en el agua, a un par de tiburones gato para que los puedas ver, coger y que te tomen una foto, que por supuesto intentan cobrarte.
La comida fue parecida pero nos piden pagar la bebida aparte. Le damos un toque al de la barca y nos dice que la comida si estaba
incluida pero la bebida no. Preferimos no discutir; no merece la pena, aunque molesta llevarse tantas sorpresas desagradables y tener
la continua sensación de timo al "pringao" del turista. Esto pasa en todas partes, incluso en USA, pero al menos allí no te engañan,
te dicen lo que no está incluido desde el primer momento. Pero aquí ya se sabe, no te puedes fiar ni de por dónde sale el sol. Hay
que dejarlo todo muy pero que muy clarito.
El caso es que el cielo se volvió a despejar un poco y continuamos la excursión para ver un show de delfines desde la lanchita y bucear
un par de veces más. Lo mejor es las niñas han aprendido a manejarse con las gafas y el tubo, son muy acuáticas y se sienten cómodas
en el agua. Lo peor, que no pudimos ir al criadero de tortugas porque habían cerrado el puerto por la tormenta, ni tampoco a la reserva
marina del Garrafón porque ahora lo han convertido en un parque con tirolinas para los americanos y está prohibido entrar desde el
mar.
En definitiva y muy a nuestro pesar, la impresión que nos llevamos de Isla Mujeres es bastante decepcionante. Ha perdido su magia
de antaño, están sobre explotando la Isla en recursos naturales (tienen cortes temporales de agua y de luz), está super poblada ya
que el boom inmobiliario también hizo estragos aquí y se han creído que el empuje de Cancún les puede hacer ricos a base de timar
al visitante ya que tienen muchos menos atractivos turísticos.
Así que nuestra humilde recomendación para el que venga a la Ribera Maya es ¡¡NO PERDER EL TIEMPO EN VISITAR ISLA MUJERES!! Lo pasaréis
mucho mejor en Playa del Carmen, Cozumel o Tulúm.
Nosotros vamos a hacer lo propio. Hemos decidido no quedarnos ni una noche más y cambiamos los dos días que nos quedaban aquí, por
Playa del Carmen donde nos espera nuestro próximo couchsurfer; Riaz Escobedo que es un guía de excursiones a cenotes y ruinas mayas.
Esperamos que el cambio nos siente bien. ¡Hasta pronto!
28 de septiembre Llegamos a Playa del Carmen
Con todos los bártulos a la espalda, tomamos el ferry hasta Cancún y de allí un autobús a Playa del Carmen. El bus es de última generación
con baño dentro y todo, reposa pies, TV, A/C…una pasada vaya. Por lo visto aquí y en Sudamérica en general, los autobuses de larga
distancia son muy buenos.
Llegamos a Playa después de pasar por la "zona de vibradores". Ja, ja, ja!, resulta que así es como llaman aquí a los reductores de
velocidad de la carretera. Liberales que son estos chamacos, ¡Ándale!...Aunque pensándolo bien, más de uno de ellos se partiría el
pecho con nuestra nomenclatura: "bandas sonoras" que también se las trae. Así que mejor callar.
Tomamos un taxi a casa de Riaz y nada más entrar ¡Qué bien, tienen piscina! Os recordamos que estamos como a 31 graditos con una humedad
del 85%, por lo que en cuanto das dos pasos te empapas en sudor. Peeeero… Riaz se ha ido a Mérida a ver a su novia así que nos recibe
su "compi" de piso: Manuel, con el que ya habíamos hablado por teléfono. El apartamento está muy bien pero hay que recoger un poco
y barrer. Momento histórico en el que Luis y Manuel se disputan la escoba…¡¡DOS HOMBRES SE PELEAN POR BARRER!!
Nos bajamos todos a darnos un merecido bañito en la piscina y entablamos conversación con Manuel que resulta ser súper simpático.
Es venezolano, de modo que lo lleva en la sangre. Trabaja como guía para la misma agencia de viajes que Riaz. El nombre de la empresa
es genial, se llama: "AllTourNative". Charlamos y nos reímos un montón con él. Al rato nos damos cuenta de que hemos olvidado en el
autobús el libro de Jerónimo Stilton, un libraco algo pesado, pero que les gustaba mucho a las niñas. Añadimos esto a la lista de
objetos perdidos: ya llevamos unas gafas de sol, otro libro, unos chubasqueros… me temo que como sigamos así volvemos a Madrid en
taparrabos.