index106025.jpg
index106024.jpg
index106023.jpg
index106022.gif
blurmetallb.gif
Mi jacaaa...galopa y corta el viento....

Para cuando nos damos cuenta nos estamos contando nuestra vida camino del resto de las ruinas. Pasamos por las cuevas, que no son sino tumbas horadadas a lo largo de toda la colina rocosa. A ambos lados del camino, ya mucho más abierto se puede ver los frentes de otras tumbas y templos, algunos a una altura increíble. Al salir del templo del tesoro un chavalín de apenas 12 años ya había conseguido negociar con nosotros para alquilarnos dos burros, uno para cada niña, para subir al “mirador del sacrifico”, una subida que ya en la guía advierte, que es “durita” y más a las 12 de la mañana, a 36 grados. Antes de empezar el ascenso, pasamos por delante de las ruinas del anfiteatro romano y de una avenida, flanqueada por columnas de las que sólo asoman sus bases. Tenemos que parar de vez en cuando en una sombra para poder respirar y beber algo de agua. Nos preguntamos cómo puede haber gente vendiendo cuatro pulseritas en las alfombrillas que hay desperdigadas por el camino. ¿subirán cada mañana? ¿O es que directamente duermen aquí? Hemos visto pasar algún burro cargado con bidones de agua, así que beber, sí beben.

Cuando llegamos a la cima nos encontramos con una jaima al más puro estilo árabe con sus cojines por el suelo, sus pipas para fumar y una pequeña barra de bar donde sirven refrescos, al abrigo  de una roca. En frente, la fachada del palacio real majestuosa a unos 300 metros de distancia, en la pared de otra colina. Mientras los adultos nos recuperamos del esfuerzo, los niños no paran de saltar y corretear ¿cómo tienen energías? Las pocas que nos quedan a nosotros las aprovechamos para subir al mirador, otro pico desde donde se pueden ver las maravillosas vistas de todo el valle, seco, blanco, silencioso. Al oeste, la tumba de Aarón, al sur, el Mar Muerto, al este, la antigua Petra escondida entre los muros. Pero ningún árbol.

La bajada es más corta y menos fatigosa que la subida, pero aún así tiene su miga. Hemos andado muchos Km, y este calor…. Los niños empiezan a estar cansados y tenemos que animarles como sea para continuar. Volvemos a parar un par de veces para tomar refrescos y no vemos el momento de llegar a la salida, atravesando otra vez ese magnífico siq por la tarde. Llegamos al hotel derrengados y después de descansar un poco nos relajamos todos en la piscina.

Por si fuera poca la paliza de hoy, nos atrevemos a volver por la noche a volver a recorrer los 2Km de bajada y 3 Km de siq para llegar al templo del tesoro y ver el espectáculo nocturno, del que no teníamos ninguna referencia. Y este fue uno de los momento más mágicos del viaje. Los cuatro de la mano, pues bajas a oscuras siguiendo el reguerito de velitas que alguien ha tenido la simpatía de ir dejando por el camino en el suelo, como pulgarcito, andamos viendo delante nuestro las mismas montañas que vimos a plena luz del día, y ahora a la luz de la luna. Lo más asombroso es que también por la noche tienen distintos colores.

El siq está adornado con las mismas velitas para ver el camino, pero habría dado igual no ponerlas porque al mirar al cielo se ven las estrellas que se asoman por otro camino pintado en el cielo con los bordes de los impresionantes muros que nos acogen, como si fueran un río pero sobre nuestras cabezas. Parece todo surrealista y nos acompaña un bonito silencio, sólo roto por nuestra conversación y el eco de las pisadas en las piedras del suelo.  Al llegar al templo del tesoro, hay gran cantidad de gente sentada en la explanada, minuciosamente colocada por una especie de acomodador que pasea con una linterna. Hay un silencio sepulcral y parece como si fuéramos a ser testigos de un rito de iniciación de una secta o algo así. No hace fresco, como habíamos imaginado, pero tampoco mucho calor. Todos esperamos en silencio expectantes ante lo que nos van mostrar mientras un camarero pasea por entre las filas ofreciendo a cada visitante unos vasitos con té gratis, té caliente.

De repente, de las entrañas del templo se oye el ruido agudo de una flauta árabe, que poco a poco sale al exterior. No hay más luz que la de la luna y algunas velas de la explanada con lo que no podemos ver al músico, hasta que 10 minutos más tarde le vemos paseando entre la gente con su incansable musiquilla. El espectáculo es bastante mágico, con el ruido de la flauta, las velitas, el silencio y las estrellas sobre nuestras cabezas. Pero empezamos a sentirnos un poco incómodos cuando veinte minutos después no vemos fin a la tonadilla. Seguramente los distintos ritmos de la melodía tienen algún significado pero a nosotros ignorantes de la musicalidad jordana, se nos hace un poco pesado, la verdad. Es como lo de las gaitas escocesas.

Después de los aplausos aparece un actor que completa una historia iniciada por una voz en off que simula una conversación entre una diosa y un beduino, en la que hablan de la Historia y el corazón de Petra.

blurmetallb.gif
.
index106021.jpg
index106020.jpg
index106019.jpg
index106018.jpg
index106017.jpg
index106016.jpg
index106015.jpg
Después de la escalinata que sube hasta aquí, todavía nos quedaba otro trecho hasta alacanzar el Mirador del Sacrificio. A pesar del calor, el esfuerzo mereció la pena.
index106014.jpg
index106013.jpg
index106012.jpg
index106011.jpg
¿Quién habrá puesto todas estas miles de velitas por el camino?
¡¡ Ooohh !! ¡¡ Qué pocholada !!

Paralelo al camino, a una altura como de un metro del suelo, discurre una especie de canalón horadado en las paredes. Estamos contemplando un antiguo sistema de abastecimiento de agua que recorría silencioso todo el cañón hasta llegar a la población que se alojaba al otro extremo. El suelo, cuyos adoquines se descubrieron a 2 metros por debajo del terreno inicial y que no era más que acumulación de años de abandono, no es uniforme y sus piedras crean un efecto sonoro muy evocador cuando pasan los carros tirados por caballos, a los que se les oye venir porque el eco de sus cascos les precede. El paseo en estos carritos debe ser demoledor a juzgar por los botes que dan los pasajeros muy dignamente sentados dentro.

A uno le dan ganas de subirse a un caballo al galope y sentirse Indiana Jones por unos segundos, absorbiendo este maravilloso paisaje a cámara rápida para quedarse boquiabierto al llegar a la salida del cañón para encontrarse de frente con el “tesoro”.

Los 3 Km de siq los hacemos a primera de hora de la mañana, cuando el sol todavía no aprieta, y está lo suficientemente oblicuo para crear sombra en el cañón y no destrozar las fotos con una iluminación más agresiva. Lo mejor es que tampoco hay mucha gente y puedes permitirte el lujo de hacerte fotos a solas en algunos rincones.

No hay palabras para describir lo que se siente cuando al final de la última curva ves entre dos paredes de roca la imagen lejana y parcial del frontón de la entrada del templo de “Tesoro”, motivo archifotografiado, pero es que no es para menos. Es como si el cañón escupiera a sus visitantes hacia la entrada de este templo delante de una pequeña explanada escoltada por inmensos muros de piedra rojiza. Añadimos a esta visión a los jordanos que pululan por la plaza, ofreciendo sus camellos para llegar al siguiente lugar de visita y el conjunto parece sacado de las mil y una noches.

El templo del tesoro consiste en una fachada de estilo griego con sus columnas de capiteles corintios, talladas en el gigantesco frente de una pared, y que se construyó como tumba del rey Aretas, bajo cuyo reinado floreció el comercio de las caravanas. Cuando se franquea la entrada se accede a una pequeña sala en comparación con las dimensiones del exterior, a la que se asoman otras tres pequeñas salas. Y no hay nada más en su interior.

 

index106010.jpg
index106009.jpg
Carromatos, camellos, burros y caballos son parte del paisaje de Petra
Por supuesto los policías van también a caballo
La sensación de caminar por el siq hasta llegar frente a la fachada del "Tesoro" nos hace sentir como auténticos descubridores

Hace muchísimo calor pero hay puestecillos para el camino que abastecen de refrescos y algo de comida. En uno de ellos empezamos conversación con un grupo de españoles, en  concreto con una familia de Valladolid, que llevan dos niños de edades muy cercanas a las de Sara y Ainoa, y hablando, hablando el camino juntos hacemos andando. Además coincide que están alojados en nuestro mismo hotel. Muchos de los jordanos que hay en los puestecillos son bastante pintorescos, una mezcla entre árabes y nubios, con piel oscura pero facciones de líneas rectas por las que asoman unos dientes blancos. Uno de ellos nos llama mucho la atención. Las niñas dicen que se parece a Jack Sparrow, el de Piratas del Caribe y es que realmente, parece un pirata. Tiene perilla, es moreno de tez pero lo que más llama la atención es que además de hablar español, tiene los ojos pintados de negro, como otros muchos.

index106008.jpg
index106007.jpg
¡Vaya personajes que nos encontramos por el Mundo!
index106006.jpg
index106005.jpg

El templo recibe su nombre del supuesto tesoro que un faraón egipcio escondió enla  urna de piedra que corona el frontón del a fachada cuando era perseguido por las tribus israelitas, cosa que tiempo después se demostró que era leyenda ya que la urna recibió numerosos disparos que dejaron al descubierto su redonda macicez.

La imagen-icono de Petra, la fachada de "el Tesoro"
index106004.jpg
index106003.jpg

Nada más cruzar la entrada pasas a otra época. Para empezar hay muchos jinetes que ofrecen sus monturas para ir o venir hasta el siq o cañón, para lo que hay que caminar unos 2 Km a pleno sol. Es como de película verlos ir y venir al galope con los caballos adornados con borlones y con unos jinetes a los que no hace falta adornar porque ya de por sí resultan exóticos. Aceptamos y las niñas montan al paso con un guía en sus caballos. Al final del paseo se llega a la entrada del cañón más espectacular de la Tierra. El paso por el mismo es sinuoso y bastante estrecho, de sólo dos metros en su parte más estrecha.

Petra es un sitio mágico donde los colores de la piedra veteada y las extrañas formas provocadas por la erosión nos hacen soñar
index106002.jpg
index106001.jpg

El color de estas paredes de 200 metros de altura no se parece a nada que hayamos visto antes y es que con una base rojiza a causa del hierro que contienen, están llenas de vetas de colores. Es una roca de arenisca blanda y por lo tanto, la lluvia provoca caprichosas formas al disolver el cemento de la misma. De ahí las formas suaves típicas de una erosión de agua. Pero contrariamente a lo que cualquiera pensaría en un principio, este cañón no es producto de una corriente de agua, sino de una fractura debida a un movimiento de fallas. Esta parte de Jordania al parecer registró bastante actividad sísmica hace milenios.

blurmetallc.gif
blurmetallc.gif